Reseña de El dedo índice de mi mano izquierda en el blog Mis lecturas y más cositas


El 14 de febrero de 2012 recibí la primera reseña bloguera, la primera reseña para mi anterior libro de relatos, La sombra de las horas. El 16 de septiembre de 2015, mi segundo libro de relatos, El dedo índice de mi mano izquierda, recibe su primera reseña bloguera. Y estas dos fechas ya no hay quien me las borre del calendario personal. Margari y su blog Mislecturas y más cositas son los culpables de lo que os estoy contando… Margari, ese corazón en el que coloqué la estantería donde guardo vuestras reseñas, y del que suelo hablar cada vez que alguno de vosotros enseña mis libros,  me ha vuelto a dar un vuelco… Gracias una vez más. Ya sabes que mi dedo y yo (y mis sombras) no serían lo mismo sin tus lecturas.
Por favor, haced caso a mi dedo y pasearos por Mis lecturas y más cositas, y no solo a leer lo que cuenta de mis relatos Margari, también a estar muy atentos a las recomendaciones que nos da de este mundo de la palabra al que estamos felizmente enganchados. Es indispensable seguir sus reseñas si queréis encontrar buenos libros.
Os copio a continuación una de las historias que se le ocurrieron a mi dedo, que me lo ha rogado encarecidamente…



Soy un vampiro distinto. No porque me maree al ver sangre, no, (eso sería lo fácil, la anécdota) sino porque no me alimento de ella. A veces soy nocturno y a veces vivo a pleno sol. Los ajos me encantan (en sofrito, eso sí) y de las cruces huyo porque no creo en ellas, pero si tengo que contemplar el arte de una catedral, las admiro sin ningún problema. Sí, soy distinto: la vida me la da la vida; o la muerte. Si un hombre mayor camina despreocupado (sin mochila de prisas) por la acera y se para a ver pasar a esa chica de primavera que se cruza con él, lo observo, me incrusto en su gesto, en su pupila, pienso por él, pierdo en un instante treinta o cuarenta años con él. Si una niña agarra con fuerza la mano de su madre, y tira de ella, llora, pelea por ganar la atención que en ese momento viaja en el carro de bebé, yo, la miro a través de los ojos de su hermano, tumbado, fingiendo unos meses de vida. Si oigo los lamentos de trajes negros rodeados de coronas fúnebres, intento esconderme en el ataúd, aunque las paladas de tierra caigan sobre él. Solo hay una cosa en la que coincidimos el vampiro y yo, solo una: la ficción.

Comentarios

  1. Me ha gustado mucho este vampiro, aunque sea solo ficción. De éste resulta imposible sentir miedo... Y muchas gracias por esta entrada, pero sobre todo, por ese espacio que ocupo en tu estantería. Sé que además estoy muy bien acompañada. Y espero que esa compañía siga creciendo. Te lo mereces!
    Besotes!!!

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    1. No te fíes de los vampiros que escriben, Margari... Y gracias una vez más (no me canso...) por tus palabras. ¡Un besazo!

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